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CÓMO ELEVAR LA AUTOESTIMA Y LA CONFIANZA DE TUS HIJOS

CÓMO ELEVAR LA AUTOESTIMA Y LA CONFIANZA DE TUS HIJOS

Los niños nacen con una gran predisposición a creer en ellos mismos y a amarse tal y como son. Nacen sin prejuicios ni ideas infundadas sobre su persona.

Pero la sociedad, los medios de comunicación, el entorno cultural, la escuela y sobretodo la familia, condicionan, destruyen o modifican lo que los niños piensan de ellos mismos, no permitiendo acciones que pueden realizar desde muy pequeños, como comer solos, subir un peldaño o a una silla.

Lo ideal sería que los padres también tuvieran una buena autoestima, ya que no podemos enseñar amor propio a nuestros hijos si no nos amamos y aceptamos a nosotros mismos.

También sabemos que depende de muchos factores que eso sea así, por eso voy a proponer hacerlo a través de juegos y ejercicios que cualquier madre, padre o familiar puede aplicar.

Pero primero vamos a entender el porqué los niños no llegan a tener una buena autoestima y confianza en ellos mismos.

¿Cómo se vuelve un niño inseguro?

Pues desde la infancia, desde el mismo momento en el que nace ya puede aprender a sentirse seguro o inseguro, todo dependerá de cómo se gestionen varias cosas: El sueño desde que es un bebé, las palabras de aliento (o lo contrario), del entorno cultural, de la escuela, de la familia más directa, los medios de comunicación, pero sobretodo del trato y contacto que tengan los padres con el niño.

Por supuesto un niño puede volverse inseguro más tarde, pero con una buena base difícilmente se deteriorará esa seguridad y confianza.

Por otro lado, una cosa es ser prudente y otra inseguro…

Sigue leyendo el artículo que escribí para el blog El collar de macarrones 

EL PAPEL DEL APEGO PARA EL DESARROLLO DEL BEBÉ Y NIÑO

EL PAPEL DEL APEGO PARA EL DESARROLLO DEL BEBÉ Y NIÑO

Mucho antes de nacer, ya se establece en la vida intrauterina lo que llamamos las modalidades de apego, pero ciertamente desde que nace el bebé es cuando el sistema de apego interacciona con el de los adultos, especialmente con el de la madre, con quien tiene un vínculo muy especial por haberse sentido mutuamente durante una media de nueve meses.

Podemos verlo en el trato que los padres tienen hacia su bebé recién nacido: como se modula la voz, el ritmo de nuestras palabras, los gestos tiernos y delicados…que representan elementos constitutivos del proceso del apego que predisponen al bebé para que se desarrollo a nivel adaptativo y emocional, incluso de la conciencia de sí mismo, ¡aun pareciendo pronto!

El bebé no tiene ni idea de cómo vivimos o nos relacionamos y cómo lo viva será vital para su desarrollo psicológico. El apego es la gran oportunidad que nos brinda la vida para crear niños sanos, queridos y respetuosos con su entorno. Toda hostilidad quedará grabada y le enseñará al niño que es así como se hacen las cosas, como se tratan a las personas. Será lo que le enseñemos, sin duda.

El gran experto en apego, John Bowlby, ya nos deleita con sus investigaciones que nos muestra la importancia de un apego sano, que no es más que estar ahí cuando el niño nos necesita, especialmente los primeros meses de su vida, que nos demandará casi en todo momento hasta que esté listo para dar un paso al frente, para separarse paulatinamente de las faldas de su madre (¡típica imagen!).

Todo se graba, todo se recuerda, inconscientemente creamos futuras relaciones saludables dependiendo de las que hayamos tenido de bebés y niños, ya que el niño estructura los comportamientos sociales sucesivos si tiene la suerte de tener a su lado a unos adultos que lo contengan y mantengan arropado y amado. Cuando hay dejadez, cuando el bebé o niño nos necesita, llorando, suplicando brazos, etc. y no atendemos esa demanda estamos provocando un proceso inadecuado, que dejará vulnerable al niño en situaciones de pérdidas y frustraciones, como consecuencia de un desarrollo de la autonomía insuficiente.

DE LA DEPENDENCIA A LA INDEPENDENCIA

Muchas familias no entienden como puede ser que un niño apegado pueda volverse independiente y autónomo. Y es que lo cierto es que ¡no puede alimentarse una autonomía e independencia sin apego! Cuando el niño se siente seguro y confiado, dará el paso. Es como el pajarito en su nido, que espera el momento oportuno y madurez adecuada para creer que ya es el momento de volar. Si lo hiciera antes de sentir que puede, ¿Qué pasaría? Pues que saldría volando torpemente hasta caer al suelo y lastimarse, muchas veces sin remedio…Eso exactamente para con los niños.

Cuando forzamos la independencia y autonomía provocamos precisamente lo contrario: creamos niños inseguros y desconfiados que nunca sabrán “volar” con destreza y seguridad.

Después de formarme en neuropsicología puede comprobar cómo se entrelazan aspectos neurológicos y vínculos afectivos, cómo existen conexiones neuronales cuando una madre (o padre) abraza a su hijo, lo mira a la cara, lo acaricia…

Cuando el bebé tiene un apego saludable desde los inicios de su vida, se verá reflejado en la vida del niño, del adolescente y más adelante en la adultez, siempre le acompañará e irá evolucionando: cuando sienta vergüenza por primera vez, o pánico por alguna experiencia, o aparezca la culpa, necesitará un mecanismo más elaborado de pensamiento, pero sin una buena base, ese adulto puede sentirse siempre perdido.

Podremos observar diferentes reacciones en el niño frente al mismo estímulo, por ejemplo imaginemos a dos niños de 2 años que van a la guardería. Viendo las relaciones con sus madres podemos identificar su relación de apego. Si el niño quiere quedarse sin rechistar, sin necesidad de despedirse, sin llorar, ya desde el primer día, debemos preguntarnos si el apego ofrecido ha sido el adecuado; ya que lo más habitual es ver como ese niño llora, desconsolado, ante la idea de perder de vista a su madre.

LOS MODELOS DE APEGO

1. Apego a lo seguro

Los niños que han tenido un buen contacto con sus padres se reúnen con cierta serenidad con ellos después de un breve periodo de separación

2. Apego ansioso y resistencia

Puede verse cierto estrés emotivo al separarse de sus padre, tiene dificultades para explorar con seguridad, se observa miedo ante la idea de separarse mientras que los padres alimentan inconscientemente esa conducta siendo muy protectores y mostrándose igual de inseguros, lo cual trasladan ese sentimiento a sus hijos.

3. Apego ansioso

Es todo lo contrario del anterior. El niño evita encontrarse con sus padres después de separarse, incluso se les puede ver más amigables con otros desconocidos pero en la guardería o escuela se muestran cerrados, aislado incluso hostiles. Este comportamiento es típico del niño con un apego de rechazo o escasamente comunicativo a nivel emotivo.

Muchos otros factores influyen en la vida de los niños, ya sea el tipo de cuidados que reciban los primeros años de su vida, los factores ambientales (escuela, relaciones con otros niños, familia…), sociales, etc. que determinarán el desarrollo de su personalidad, tanto a su autoestima, como a la seguridad en la que se moverán en la vida, como al concepto de sí mismo. Todo ello influirá en su capacidad de tomar decisiones y elegir una dirección.

«Una serie de investigaciones confirman el concepto de que una deprivación muy temprana, no teniendo el niño contacto con una única persona maternal conduce a un empobrecimiento afectivo e intelectual. Estos niños se encuentran en desventaja, con respecto a otros, en la inteligencia general, desarrollo del lenguaje, elaboración de conceptos y sobre todo en su capacidad para establecer contactos íntimos y compenetrarse con otras personas. Son inquietos, no se pueden concentrar y manifiestan una incansable búsqueda indiscriminada de cariño.»
#HansCurman #Psiquiatríainfantil #apegoinseguro

En definitiva, un niño criado con un apego seguro, puede ser un adulto seguro, solo necesitamos escuchar más al niño y menos a los demás.

Mo Queralt

EL NIÑO TÍMIDO, ¿CÓMO AYUDARLE?

EL NIÑO TÍMIDO, ¿CÓMO AYUDARLE?

Cuando nos imaginamos un niño tímido suele venir a nuestra cabeza un niño escondiéndose detrás de su madre, tapándose los ojos para no ser visto, acurrucándose en el suelo para ser invisible, hablando con lengua de trapo infantilizando su gramática y su tono de voz, llorando si se le obliga a ser “visto” o presentado a alguien o en una situación que requiera una novedad para él.

Debemos saber que la timidez es una sensación completamente normal que, como todos los procesos de desarrollo del niño, acaban pasando si no insistimos mucho en el tema.

Podemos definir la timidez como un patrón de conducta que crea incomodidad en un momento de exposición social a nuevas experiencias. Todo ello puede dificultar, incluso impedir, el desarrollo de las habilidades sociales y la creación de nuevas relaciones interpersonales.

¡Pero no nos alarmemos!  Aparece en todos los ámbitos de nuestra vida, sea físicamente, sentimentalmente o intelectualmente hablando, por una sensación de inseguridad que hace que la persona quiera evitar contacto por temor, que se lidiará sin problemas si entendemos cómo tratar al niño con timidez.

Como ya se sabe, se nace y se hace; es decir, nacemos con una personalidad bien definida pero que puede modificarse con nuestras experiencias con el entorno en el qué vivamos y nacemos con un carácter que se desarrollará hacia un camino u otro también dependiendo de las vivencias. Se nace con una personalidad y se hace un carácter.

Las personas podemos nacer con una personalidad más o menos tímida y dependiendo de cómo se gestione, seremos más tímidos aún o menos tímidos. Lo mismo pasa con una personalidad extrovertida, ciertos gustos (amor por los animales, por ejemplo)…que se irán decantando hacia una dirección. Por eso, un niño que nazca en un entorno hostil puede salirse airoso aunque haya sido machacado o maltratado. Evidentemente lo mismo pasa al revés. Dependiendo de su situación personal, tendrán diferentes grados de timidez, desde una timidez paralizante que le impida llevar una vida normal (pedir el cambio) que acontece a una fobia social a una timidez normal que no requiere más que una mera observación y actuaciones que más abajo explico.

Dicho esto, entenderemos lo siguiente: un niño tímido presenta una vida social pobre, con carencia de interacción y relaciones, sintiendo ignorancia y rechazo por parte de principalmente, sus progenitores, tutores o quien esté a su cargo la mayor parte del tiempo.

Es importante saber que los niños NO NECESITAN interaccionar con otros adultos pronto. El regazo de la madre (o padre) son su hábitat y cuando el niño vaya alejándose por su cuenta es cuando podemos observar que su independencia y autonomía se va desarrollando. Esto suele ocurrir a partir de los 3 años.

Por eso no solo es normal, sino imprescindible, que el niño hasta esa edad no quiera relacionarse con nadie ni desee estar en brazos de desconocidos o familiares a los que ve poco. La socialización nunca debe forzarse, pero os facilitaré pautas para trabajar en ello.

CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS TÍMIDOS

Podemos observar diferentes signos o características que nos definan al niño tímido, sin ser un concepto negativo, simplemente para saber discriminar a la hora de valorar si nuestro hijo puede tener alguna dificultad más allá de la normal.

  • Presenta conductas de evitación o inhibición y ansiedad antes de encontrarse en la situación que le provoca timidez, tanto como carencia de habilidades sociales. Actitud pasiva
  • Se le observa baja autoestima y concepto de sí mismo, por lo que tiene excesiva preocupación de ser rechazado y es carente de voluntad y dubitativo
  • Vemos una inseguridad extrema o muy alta, que hace que sea incapaz de relacionarse con otros o tiene carencia de conductas interactivas en el aula de la escuela, no toma iniciativa para preguntar, iniciar una actividad, jugar con compañeros, etc. por lo que permanece callado en las actividades de grupo. En general presentan limitaciones motivacionales.
  • Observamos un alto grado de autoexigencia, autocrítica en lo que hace, tendiendo a autoavaluaciones negativas además de temer las opiniones de los demás
  • Tiene sentimiento de inferioridad, buscando el aislamiento, no se defiende de las agresiones (sean físicas o verbales) y acata las órdenes sin rebatir
  • Es hipersensible, teniendo una escasa capacidad de expresión emocional
  • Es muy poco comunicativo en general y los desconocidos, lugares extraños o nuevos, situaciones, etc. les provoca temor, el contacto visual es mínimo o inexistente.
  • Se le nota un carácter más serio (teniendo en cuenta que es un niño)
  • Se anticipa a las consecuencias negativas
  • Puede llegar a crearse un mundo paralelo imaginario al real para sentirse seguro y protegido
  • También observamos signos fisiológicos: se ruboriza, se pone nervioso al actuar o antes, tartamudea, se pone rojo, puede quejarse de dolor de tripa, tendrá una postura contraída, puede sudar o tener taquicardias…

¡Todo esto no tiene porque venir de golpe! Pero si la mayoría las vemos manifestadas, podremos valorar el estado de timidez y el grado en el que se encuentra el niño.

Ahora veamos cuales son los motivos por la cual aparece la timidez, que son muy variadas y de gran complejidad, ya que es difícil llegar a todos los ámbitos de la vida del niño y controlarlos (familia, escuela, amigos, exterior…).

CAUSAS DE LA APARACIÓN DE LA TIMIDEZ INFANTIL

La mayoría de los casos la causa de este comportamiento es el sentimiento de inferioridad y baja autoestima; por lo que entendemos que no es una timidez normal ni de desarrollo, vamos a hablar de la timidez como patología a tratar, por una socialización inadecuada, protección excesiva (este tema da para un artículo entero, ya que nos podríamos referir a no permitir al niño desarrollarse, no a un bebé de 10 meses que no quiere separarse de su madre) o todo lo contrario, carencia de atención, afecto y autoritarismo (que no es lo mismo que autoridad, más abajo te dejo un artículo sobre la diferencia que hay), que genera en los niños inseguridad y temor por la incapacidad de llegar a las exigencias de los padres o cercanos y esto provoca un desarrollo pésimo de las habilidades sociales.

No olvidemos que los motivos genéticos también influyen y que, como digo más arriba, dependiendo de cómo se desarrolle la vida del niño, será más o menos tímido, pero con tendencias a serlo o no.

La timidez empieza a incrementarse cuando el niño quiere mejorar o erradicar la sensación de tensión y ansiedad que le producen las relaciones sociales, es decir, aprende a hacerlo, si ese aprendizaje es incompleto o defectuoso la timidez aflorará negativamente impidiendo al niño llevar una vida normal y controlada por él.

Vamos a ver las causas que podemos evitar desde ya:

  • Compararle con otros niños. Las comparaciones son odiosas y cuando le decimos a nuestro hijo cosas del tipo “mira, Pepito no tiene vergüenza!” no estamos ayudando en absoluto.
  • Cuando nace un hermanito. No lo parece, pero los niños suelen volverse más tímidos, demostrando algunas características de la lista anterior, que no parecen tener relación con la timidez.
  • Ridiculizarle por ser tímido. Lo observo principalmente en padres y profesores
  • Tener padres poco sociables. Que no se relacionen con nadie al ser nuevos en esa ciudad, o por su forma de ser.
  • Tener padres incoherentes. Que le castigan por cosas que luego no castigan, que no se ponen de acuerdo en las normas, que no gestionan los conflictos…el niño teme ser regañado o corregido por cualquier error porque no sabe cómo actuarán los padres.
  • Proceder de familias desestructuradas en general.
  • La falta de confianza de los padres hacia sus hijos, que limita todas sus actuaciones.

CONSECUENCIAS DE LA TIMIDEZ INFANTIL

La mayoría de veces podemos gestionarlas bien, con la implicación de los padres para mejorar la situación de sus hijos y su acompañamiento, pero muchas veces puede tener consecuencias muy graves. Para evitarlo veamos que puede pasar si permitimos que nuestro hijo tímido, no trabaje en ello.

En principio nos fijaremos en ello a partir de los 3 años, ya que antes, la timidez no supone un problema a no ser que el niño viva en un entorno propenso a las causas anteriores, entonces querremos prevenir la futura timidez patológica cuando antes. Una detección precoz puede evitar males mayores que pueden acompañar al niño el resto de su vida y en todas sus relaciones futuras.

  • La baja autoestima es un pez que se muerde la cola: el niño tímido tendrá baja autoestima y la baja autoestima provoca timidez. Pueden sentirse no queridos y que nadie muestra especial interés por ellos.
  • La falta de confianza en sí mismo y sus actuaciones
  • Se refuerza el sentimiento de inseguridad y la actitud pasiva y sigue viéndose la falta de iniciativa, por lo que lleva al deterioro de la comunicación y merma la capacidad lingüística.
  • Maltrato infantil. El niño con una timidez extrema es una víctima fácil al no oponer ninguna resistencia ni quejas antes las represalias. La exposición a las burlas también se podrían clasificar aquí.
  • Relaciones interpersonales pobre, tendencia a la soledad, aislamiento y rechazo social, al tener dificultad para interactuar con otros.
  • Bajo rendimiento y fracaso escolar, intimidación o maltrato entre iguales.
  • Trastorno de personalidad por evitación: persona extremadamente sensible a las opiniones de los demás.
  • Fobia social. En el peor de los casos. La situación impide dominar el temor que siente a la interacción social y ya requiere de terapia.
  • Depresión. Todo ese malestar, la baja autoestima (que ya de por sí es un factor determinante para la depresión), el rechazo social, la carencia de afecto…puede derivar en depresión infantil y si no se trata, de adulto.
  • Ya a cierta edad consumo de drogas y alcohol. Un perfecto refugio para los preadolescentes y adolescentes de riesgo.

¿CÓMO PODEMOS PREVENIR LA TIMIDEZ INFANTIL?

La verdad es que es relativamente fácil. Evitando las palabras humillantes, reconociendo los esfuerzos y logros de los niños, acompañándole en sus caídas, etc. Pero vamos a concretar un poco más…

  • Podemos ofrecer a los niños una educación que fomente el aprendizaje adecuado de las habilidades sociales, empezando por descubrir cómo lo hacemos los padres, no olvides que el ejemplo es el mayor de los aprendizajes.
  • Podemos crear un ambiente familiar óptimo, con un sistema de apego adecuado, para hacer sentir al niño seguro y confiado respecto a sus relaciones más cercanas y a sus posibilidades (antes que a sus limitaciones). Ejercita la tolerancia a las críticas.
  • Ofrecer cariño y atención ilimitados, en los momentos que el niño lo demande, para que desaparezcan angustias y miedos que le hagan sufrir.
  • Comunicarte con el niño de verdad. Me refiero a ponerse a su altura, mirarle a los ojos, no juzgarle por sus sentimientos (rabietas, enfados…para evitar que se inhiba), escuchar sin intención de sermonear y verbalizar el amor que sientes por él. Decir “te quiero” es gratis, pero lo que se lleva el niño no tiene precio.
  • Comunicarte con los demás “educadores”. Maestros, resto de familiares, otros padres…que haya una red comunicativa de calidad entre todos los que educan a tu hijo.
  • Proponerle actividades de éxito fácil. Para ir subiendo el nivel de dificultad al ver al niño capaz de conseguir logros por él mismo. Hará crecer su autoestima y seguridad además de incorporar responsabilidad a sus acciones.
  • Educarles en los errores, no castigarles ni agredirles por equivocarse o no hacer las cosas como esperas. El error es un gran maestro, díselo.
  • No sobreprotegerles. Vamos a aclarar esto, que lleva mucha confusión: si sobreprotegemos, cuando el niño intenta hacer algo y no le dejamos, en lugar de acompañarle y permitirle con nuestra supervisión, limitamos sus acciones y les convertimos en personas vulnerables e hipersensibles y siempre buscarán tu aprobación y protección para actuar, careciendo de autonomía e iniciativa propia.
  • No ser autoritarios. Vamos al otro extremo. Los niños de padres autoritarios se acostumbran a que los demás opinen por ellos, decidan por ellos. Nunca tomará decisiones, por miedo a no equivocarse.

En definitiva no debemos exigirle al niño más de lo que su capacidad y edad le permiten. Atentos a sus necesidades y ritmos para estar seguros a qué nivel podemos llevarles.

Aquí te dejo el enlace al artículo Autoridad vs Autoritarismo

Mo Queralt

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