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Durante la crianza de nuestros hijos nos darán toda clase de consejos, no lo dudes. Sea de personas que no tienen hijos como de madres de familias numerosas como de terceras personas que pasean por la calle y ni conoces. Escuchar continuamente críticas y opiniones sobre la crianza que aplicas puede volverse un engorro y dificultar el vínculo que intentas crear en el seno familiar.

Hay comentarios que realmente nos irritan y molestan, sobretodo si vienen dados por personas que no entendemos como tienen el valor de aconsejarnos, que sería igual de raro que nos dijeran “vaya pelo llevas, a ver si te tiñes ya” o “esos pantalones te quedan fatal, deberías comprarte otros”.

Voy a enseñarte las diferentes opciones que tienes de enfrentar esas críticas. Son un breve recopilatorio de muchas mamás que han pasado por ello. Unas me gustan más que otras, pero todas ellas útiles en algún momento.  Personalmente las he utilizado todas y cada una de ellas, pero con el tiempo he aprendido cual me facilita la vida y me evita futuros conflictos y ahora mismo solo utilizo una de las opciones, hable con quien hable esté del humor que esté y en cualquier situación.

También es verdad que podemos elegir qué decir y cómo decirlo de forma respetuosa sin reprimir nuestra propia opinión al respecto y eso dependerá de:

– Tu carácter y personalidad

– Lo importante que sea para ti poder expresar tu opinión.

– Las ganas de lucha que tengas

– Tu capacidad de tolerancia, aguante y paciencia

– La persona a la que te diriges o que te critique

– Cómo seas tú como madre y cómo críes

– El entorno o ambiente en el que estés

– Tu estado de ánimo en ese momento

Es decir, no le contestarás igual a tu hermano que a un desconocido en un restaurante o a tu pareja que a tu suegra. Ni a esas mismas personas les contestarás igual si no estás de humor ese día ya que muchas veces no estamos para aguantar según que barbaridades sobre la crianza de nuestros hijos.

Como ves, hay muchos factores a tener en cuenta, aunque en el día a día podrás comprobar que es más sencillo de lo que parece y con la práctica puedes “perfeccionar” tu argumento y elevar tu autoestima ma(pa)ternal para que no te afecten esos comentarios, objetivo principal que se persigue conseguir.

Poder escuchar diferentes opiniones y que tu centro no se remueva, que sigas en paz y la sangre no te hierva es un trabajo arduo que te va a tocar hacer, ya que esas opiniones las va a oír quieras o no quieras; deberías aislarte del mundo para evitar estos comentarios así que no te queda otra que aprender a afrontarlos.

 

Entonces, ¿Qué hacer con las críticas durante la crianza?

Pues vamos a ver cuál se adapta mejor a sus necesidades familiares y de tu entorno. Yo también “me mojo” y te cuento cual es mi preferida:

  1. ASENTIR Y CALLAR

Una de las opciones elegidas por numerosas madres es decir que SI y sonreír mientras piensas hacer lo que te dé la gana después. Es una opción. La que menos me gusta, la verdad, pero totalmente válida según en qué casos y situaciones.

No creo que debamos tolerar según qué comentarios. Me niego a asentir y callar si me pongo mala al oír que mi hijo tiene un vicio si mama con más de 6 meses. No puedo callarme. Respiraré hondo y soltaré alguna cosa si o si.

Pero sigue siendo una buena opción en según qué situaciones que yo misma he utilizado en algún momento en que la persona que me aconseja sé que no va a aportarle nada lo que pueda decirle.

Esta opción es muy típica en la consulta del pediatra. Solemos decir que sí duerme solo, que come bien y de todo, etc. En este caso yo creo que debemos hablar. Los pediatras –por lo menos la gran mayoría- como muchos sabréis, no están formados en lactancia materna ni en nutrición ni en educación ni en muchas cosas más que aconsejan. No me preguntes porqué hacen eso, pero está claro que, o les falta formación o les sobra vergüenza…

Explicarle al pediatra que la OMS, UNICEF o los diferentes organismos oficiales dice lo que dice no está de más. Es una buena forma de actualizar y extender entre todos la información correcta. Realmente es responsabilidad de toda la sociedad.

  1. LUCHAR Y/O DISCUTIRLO

La opción más utilizada por mí hace un tiempo. No podía evitarlo, debía expresar mi desacuerdo y después del parto, con las hormonas a flor de piel, aún más. Me he ganado más de un enemigo de diálogo por esto. En su momento mi forma de actuar, que me pasaba factura después, ya que no me sentía bien más tarde ni aprendíamos nada ni yo ni la persona criticona.

Pero como la anterior, otra opción si tienes la mente fría y eres capaz de no ofuscarte cuando discutas, porque los ánimos se disipan y suele convertirse en una conversación de besugos donde ninguna parte gana aunque tú te quedes bien a gusto de soltar la parrafada en ese momento.

Esta opción muchas veces es inevitable. Estás en familia y alguien –primo lejano, hermano de tu suegro..- se dispone a aconsejarte (o hacerte sentir mal) delante de todo el mundo con algún comentario desafortunado que hace que tú no quieras callarte ni tranquilizarte porque toca tu alma, tus valores y principios. Pues adelante. Ya aprenderás con el tiempo qué te conviene más y qué te hace sentir mejor.

  1. DELEGAR A PROFESIONALES

Tampoco es mi preferida, pero la he utilizado cuando los opinólogos “sabelotodo”, que suelen ser también profesionales, me han aconsejado sobre la crianza de mis hijos, así que depende del comentario he soltado un “me lo ha dicho el pediatra”, “ el pediatra dice que…”, “el psicólogo me ha dicho…” y, bueno, suele funcionar, ya que uno de los objetivos es que la persona que opina se calle de una vez y deje de dar la lata con sus consejos.

  1. ¿QUIÉN LO DICE?

Confieso que es la que más me gusta. Cuando alguien critica mi crianza suelo preguntar con interés el porqué de esa afirmación. Normalmente no suelen decir nada más o poca cosa, ya que ni ellos mismos saben la razón de esos consejos que suelen ser anticuados o sesgados; algunas veces te nombran profesionales del sector del tema en concreto –si te aconsejan dejar dormir solo a tu bebé y preguntas porqué pueden decirte que lo avala Estivill con su método, por ejemplo- pero entonces tú puedes ir más allá y pedir que te pasen esa información y/o estudios al respecto y ya te preocuparás de hacerle llegar información contrastada de la opinión contraria.

En este caso puede crearse una relación interesante, ya que, si esa persona tiene verdadero interés, podéis aprender mucho la una de la otra. Aprovéchalo.

En definitiva debes encontrar qué opción te aporta más, te hace pensar que haces lo correcto y no dudes en probarlas en diferentes situaciones a ver cómo te resultan.

Cuéntame que opción es tu preferida, si existe alguna otra para tí y cuál te funciona, es decir, cual te hace sentir bien decir sin que tu estado de ánimo se altere demasiado. ¡Estaré encantada de compartirlo contigo!

Mo Queralt

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