google-site-verification: google124617bd05135f1f.html
5
(1)

Hasta hace un tiempo nunca me había parado a pensar que somos las mismas personas las que creamos nuestro vocabulario. Alguien le pone nombre a algo y a base de repetirse y hacerse viral por el mundo, puede acabar apareciendo en el diccionario.

Lo que me parece más curioso es que hay palabras que utilizamos muy a menudo y no solo eso sino que son acciones diarias en las vidas de todas las personas del mundo entero pero nadie se ha preocupado de ponerlas en el diccionario.

Incluso vemos palabras tan antiguas que ya ni siquiera se utilizan y las quitan del diccionario.

Hemos llegado a tal punto que nombramos lo antinatural, le ponemos nombre a las cosas “raras” o que han estado fuera de lugar hasta hace bien poco.

Tampoco me molesta especialmente, teniendo en cuenta que nombramos estas cosas pero las normales que nos han acompañado millones de años no las tenemos en cuenta porque quedan explícitas en nuestro diccionario interno.

Lo que sí me molesta tremendamente es que esas palabras las hayamos vuelto NORMALES mientras que lo normal –al no estar en el diccionario, por ejemplo- se vuelve lo raro, inusual o no habitual.

¿No te lo crees?

Mira, te voy a poner un primer ejemplo muy básico:

Llamamos agricultura ecológica a la que no utiliza químicos tóxicos. En lugar de “agricultura con químicos tóxicos” a la nueva agricultura de hace pocos años, desde que utilizamos esos productos para modificar lo natural. Pues no, somos tan listos que le hemos puesto nombre a lo normal. ¡La agricultura ecológica no es tal, es simplemente agricultura!

Dicho esto yo tengo varias propuestas para los temas que me influyen, los de crianza. Que hace que llamando a las cosas por nombres que no son correctos nos lleve a la confusión y nos creamos que lo nombrable es lo que se debe hacer.

No olvidemos que estas definiciones son inventos modernos que existen hace tan poco tiempo comparado con el tiempo que llevamos utilizando la palabra normal, que da la risa de pensarlo…

Ahí van mis propuestas:

1. LACTANCIA PROLONGADA

Le llamamos lactancia prolongada la que se lleva a cabo cuando la criatura es “mayor” (menuda mierda de definición que no deja nada claro y hace creer a una madre que está haciendo algo mal si le da el pecho a su hija/o “mayor”). En lugar de lactancia prolongada sería más correcto llamar destete precoz o lactancia interrumpida cuando es la madre la que decide destetar antes de los 2 años y medio, ya que lo normal –según estudios antropológicos, la naturaleza humana, etc. – es de 2,5 a los 7 años. ¡Y es solo una media! Más allá de los 7 años también ha sido normal tooodaaa nuestra existencia. Si la criatura mama desde que nace hasta los 7 años aproximadamente es lactancia. Ni prolongada ni ininterrumpida. Punto.

2. COLECHO

Este en un caso curioso. La palabra colecho es una de las que os comentaba que no está en el diccionario. Ni falta que hace, pero es raro ya que es algo que hacemos desde siempre. Literalmente. Pues oye, en lugar de llamarle colecho o colechar a dormir como se ha hecho durante millones de años, llamemos descolecho o descolechar a dejar al niño o niña durmiendo solo en su habitación. ¿Sólo me pasa a mí o me suena fatal descolecho? Cómo hubiera cambiado la cosa si a los padres se les dijera “tiene que descolechar a su hija”.

3. PORTEO

Otro caso como el colecho. Hasta la existencia de los cochecitos las criaturas iban cargadas por personas adultas, especialmente la madre. Más que nada porque por tierra los cochecitos dejan mucho que desear, hasta el asfalto no habría sido fácil llevarlos. Llamamos porteo a lo que se hace hace miles de años, pues llamemos «carreteo» a llevarles en carro y lo demás es desplazarse con mamá 🙂

4. ALIMENTACIÓN AUTORREGULADA

Ahora se pone de moda (qué manía nos ha dado a modernizar lo que es más antiguo que la piedra…) dar al bebé la comida en trozos y solito. ¡Menuda novedad! Antes de las papillas y batidoras ya se hacía, ¿o creéis que en las cuevas pasaban el mamut por una trituradora?

En lugar de llamar Baby Led Weaning o alimentación autorregulada por el bebé podríamos llamarlo comer normal (no se me ocurre nada más simple) y llamemos alimentación regulada por el/la adulto/a o papilling a darle comida en la boca con cuchara a los bebés en forma de papilla o purés o triturado todo y mezclando alimentos.

5. PARTO RESPETADO

Esta manda huevos. Parto. Nada más. Y parto intervenido, irrespetuoso, interferido, influenciado, desnaturalizado…al parto hospitalario con cables, enemas, episiotomías, fórceps…se me ocurren decenas de nombres para lo que es un parto en un hospital. Que no digo que no sean necesarias algunas de estas cosas, ojo, pero que le pongan nombre a eso, no a parir en sí.

Le hemos puesto nombre a lo normal (nombramos algo para darle valor, como el colecho) que no hace falta porque de esa forma se desnaturaliza y condena lo natural y no le ponemos nombre a lo anormal o poco habitual.

Debemos empezar a utilizar todos estos términos correctamente para cambiar nuestra forma de pensar y normalizar otra vez lo normal. De este modo las madres no se sentirán mal por hacer lo que deben hacer, lo que su instinto les dice.

Está en nuestras manos como sociedad, ¿Se te ocurre alguna más?

Mo Queralt

¿Qué te ha parecido este contenido?

¡Ayúdame a mejorar!

Valoración 5 / 5. Votos: 1

¡Sé la primera en puntuar este contenido!

Si este contenido te ha sido útil

¡Puedes seguirme en las redes sociales!

¡Oh! ¡Siento que este contenido no te haya sido útil!

¿Me cuentas cómo mejorarías?

Tu feedback es importante para mi trabajo 🙂

Pin It on Pinterest

Esta web utiliza cookies, no son de chocolate pero son necesarias, ¿las aceptas?    Ver Política de cookies
Privacidad