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¿CUÁNDO DESTETAR?

¿CUÁNDO DESTETAR?

La verdad es que esta pregunta tiene una respuesta muy corta: cuando os de la gana a ti y a tu hij@

Pero sé que, para muchas mamás, no es tan sencillo teniendo en cuenta las dudas que la sociedad nos procura…

Creemos que están claras las ventajas y los beneficios de la lactancia materna hasta que el niño quiera, como dicen la OMS, UNICEF, la AEPED o la AAP .Te dirán “con 15 años te pedirá teta” y claro, hay tantos niños mamando a esa edad…(modo irónico on)

Y aunque quisieras darle hasta entonces sería imposible ya que no se puede obligar a un niño a mamar, lo hará solo por pura necesidad.

Entonces me surgen estas preguntas:

¿Por qué no permitirle entonces que siga su proceso?

¿Por qué no permitir que vaya a su ritmo y se destete cuando esté preparado para hacerlo?

¿Por qué interferir en su crecimiento físico y psicológico si lo único que tenemos que hacer es observar, dejar que fluya y estar ahí para lo que necesite y para evitar que los demás se interpongan en su aprendizaje?

El niñ@ se conoce más a si mismo y sabe lo que necesita más que nosotros, no está influenciado por la sociedad ni tiene prejuicios, por eso creo que el papel de los padres es precisamente ese: estar al lado del niño para lo que necesite y evitar que los demás interfieran en vuestras decisiones.

No existe una relación demostrada ni hay un vínculo entre malcriar, mal acostumbrar o consentir y dar el pecho prolongadamente, o a término, como debería llamarse.

Destetar es como decirle al niño que a partir de mañana ya no le abrazarás más ¿Te parece exagerado? A la pregunta de cuando destetar la respuesta debería ser que no existe tal acto, que no deberíamos destetar, ya que suena igual de raro que “desabrazar” o “desbesar”.

Personalmente creo que es peor destetar por que el vínculo es más grande y profundo.

El hecho de mamar, el vinculo entre niño y mama no debería romperse nunca por culpa de la sociedad que nos obliga a hacerlo con la excusa de la conciliación laboral (muchas mamas dan el pecho y trabajan, muchas dan el pecho hasta los 3, 4, 5, 6, 7 años y siguen trabajando J) o por vicio o malcriar al niño.

Si no quieres dar el pecho, que sea por decisión propia, por tus causas, no porque te hagan creer que es mejor hacerlo. Decide por ti misma esa decisión, que nunca sea por que los condicionamientos o estereotipos te hagan creer lo que es mejor para vosotros dos.

Disfruta de tu lactancia, sea materna o artificial y si destetas, que sea con respeto y entendimiento, con cariño y amor.

Y sobretodo, hagas lo que hagas, des o no el pecho o lo hagas o no a término, ten clara una cosa que siempre digo: tu eres la mejor mamá para tu hij@, siempre harás lo mejor para él y para ti y nadie NADIE en este mundo sabe lo que necesita tu hij@ más que tu y él mismo.

 

Mónica Queralt

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Mónica Queralt

EDUCAVIDA, ORIENTACIÓN PARA UNA CRIANZA RESPETUOSA

EDUCAVIDA, ORIENTACIÓN PARA UNA CRIANZA RESPETUOSA

«¿Por qué te aconsejo este lugar? Porque lo veo como un buen recurso y pienso que los niños deben ser felices, porque deben ser respetado y amados desde el cariño, teniendo en cuenta sus necesidades y no sólo la de los adultos…con una crianza respetuosa, y porque Mónica en su web de Educavida te da claves para poder seguir esta línea de educación tan importante.» Mª José Roldán, redactora de Educación2.0, especialista en pedagogía terapeútica, psicopedagoga y mamá

Clica aquí para saber lo que Educación2.0 piensa sobre Educavida!

MI PARTO PELEÓN

MI PARTO PELEÓN

Nunca he explicado mi experiencia de cuando tuve a mi hija en el hospital, nunca me sentí con la necesidad de contarlo, pero al ver las dramáticas experiencias por las que pasan mamás cada día en los hospitales, me veo, ahora si, con la necesidad de dar esperanza.

Tenía muy claro el parto que quería, pero sobretodo lo que NO quería vivir.

Hice mi plan de parto, explicando que no cortaran el cordón umbilical, que me pusieran a la niña piel con piel nada más nacer, evitar la episiotomía, etc. Estaba bastante curtida en el tema, leí mucho y llevaba bastante tiempo trabajando en Educavida, así que en cuando sentí la primera contracción que me avisaba de que mi niña quería salir, mi cerebro dio un vuelco y me convertí en una dictadora.

En ese momento sonaba raro, pero si quería hacerme respetar, debía entrar en el hospital con una batuta cual director de orquesta.

El parto era mío y sabía con lo que podía encontrarme: con frases del tipo “ponte aquí”, “no te quejes tanto”, “déjanos hacer nuestro trabajo”, conectarme a cables sin preguntarme, ponerme vías sin saber para que eran, ver correr enfermeras tocándome los bajos sin ningún respeto…

Nada más pasar el umbral de la puerta del hospital me metí en la cabeza que EN MI PARTO MANDABA YO, MI PARTO ERA MÍO y quería creerme que estaban a mi servicio, que deberían hacerme reverencias al pasar, hacerme sentir una mujer respetada y preguntarme «qué desea, cómo lo quiere, necesita algo?????»

Evidentemente nada de eso pasó, pero no me deje engatusar.

En cuanto entré en la sala de partos empezó una conversación que más bien parecía una lucha de poderes:

Enfermera: «túmbate niña que tengo que poner los cables» (Como me molestaba que me trataran como si no supiera que hacer…)

Yo: «Es totalmente necesario? Entonces, no, gracias»

Enfermera: «PERDOOONAAAA?? Y si le pasa algo a tu hijo y se muere y si blablabla BLABLABLAAAAA!!!!»

Yo: (cara de póquer).

Vuelve la enfermera y me oye quejar de dolor

Enfermera: «que no es para tanto!»

Yo: «¿Puede irse usted de aquí? no quiero que me atienda, vaya a torturar a otra parturienta” (tal cual)

Se va maldiciéndome. Yo más crecida que nunca…PODÍA TENER EL PODER! Fui marcando territorio por el hospital, pidiendo cosas continuamente, nada innecesario (bola de pilates, agua, comida, mi pareja…)

Enfermera: Más personas está prohibido!

Yo: “Pues sáquenlo arrastras si pueden!” (No pudieron…)

El caso es que parí sentada con estribos, como me sentí cómoda, aun cuando me intentaban convencer de lo contrario; pedí (mejor, exigí) que no cortaran el cordón (y cuando dejó de latir me pidieron permiso para cortarlo!), que me pusieran a mi hija nada más nacer encima de mi, que no se la llevaran para pesarla, medirla, ponerle vitaminas.. y así todo el parto.

Poco después entré en la sala de lactancia.

En algunos hospitales de mi país no existen los nidos y ponen a las mamás recién paridas en una sala durante 2 horas para promover la lactancia materna y evitar el gentío de familiares que te esperan en tu habitación, o eso dicen, porque me molestaban continuamente.

Una enfermera se dedicaba a las recién paridas: cura del cordón, pinchar vitaminas, poner el pañal… Aparecía de vez en cuando para llevarse a mi bebé pero me negué a todo y le propuse que se lo llevara un rato antes de las 2 horas y se lo hiciera todo a la vez. Accedió de mala gana.

A los 10 minutos de nacer mi bebé se arrastró como un gusanillo hasta mi pecho y ahí permaneció dos horas.

Nadie se atrevía ni a acercarse, ni pañal, ni pinchar vitaminas, ni limpiar cordón, ni pesar, ni nada.

Pero apareció la pediatra justo cuando mi lactancia se instauró media hora después de tener a mi niña. Sin mediar palabra, presentarse o decir “buenas tardes”, me destapó e intentó coger a mi bebé. No la dejé. Se enfureció y me tacho de mala madre diciendo que tenía que hacerle las pruebas que tenía que cambiar de turno ya.

Le insistí en que lo importante para el bebé era haberse enganchado al pecho y que hacerle eso no era respetuoso en absoluto. Se enfadó y me dijo “allá tu si le pasa algo malo al bebé”.

Me resbaló su comentario y seguí tan a gusto observando a mi hija alimentarse con los ojos entrecerrados y las uñas preparadas para el próximo asalto.

Dos horas después pedí que se le hiciera todo lo necesario y en 5 minutos volví a tenerla sobre mi pecho piel con piel.

Nos trasladaron a la habitación y poco después otro pediatra le realizó las pruebas pertinentes allí mismo.

Ellos lo saben, saben que podemos, saben que debemos…..pero que no se corra la voz!

Ya se aseguran de acojonarte cuando intentas decidir por ti misma, ya… Te asustarán con perlas como “tu misma si quieres arriesgarte, ya verás si haces eso…”

Tengo que decir que hay una parte muy negativa en todo este proceso..

Y es que me pasé el tiempo pendiente y concentrada en que los demás no interfirieran ni decidieran por ellos mismos como tratarme y manipularme y me falto tiempo para sentirme totalmente conectada a mi hija.

Me pasé todo el parto con una antorcha alejando a los lobos y viví mi parto y postparto casi sin darme cuenta…

Me entristece pensar en ello, pero le dí a mi hija la bienvenida que mereció. Nunca olvides que TU parto es TUYO y debemos aprender a pedir y a frenar a los demás si interfieren en nuestro bienestar.

El personal de un hospital actúa más por protocolo y comodidad (por lo menos la mayoría!) que por la necesidad de los pacientes y cuando entendamos esto tal vez empecemos a crear un mundo mejor.

Yo puse mi granito de arena.

Mónica Queralt

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