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LAS 5 CLAVES QUE DEBEMOS SABER PARA CRIAR EN ARMONÍA

LAS 5 CLAVES QUE DEBEMOS SABER PARA CRIAR EN ARMONÍA

¿Crees qué es posible que en una sociedad a contra reloj, haya lugar para la felicidad familiar? Por supuesto que si y justamente hay 5 puntos que considero muy importantes a tener en cuenta si quieres convivir felizmente en familia, existen muchos más, evidentemente, pero estos cinco son imprescindibles para llegar a respirar tranquilamente y poder relacionarte de una forma sana en el entorno familiar. Para empezar saber que:

“La felicidad no es la ausencia de problemas,

sino la habilidad de salir adelante con ellos”

  1. La fórmula de la felicidad

Pues no existe ninguna fórmula universal, ¡por suerte! Aunque te quieran vender que hay una forma de tratar los problemas que nos sirva a todas/os por igual. Pero si que creo que existe una fórmula de la felicidad para cada familia; para algunas personas es tener tiempo y poder descansar, para otras disfrutar de las/os niñas/os, para otras familias poder dejar a sus hijas/os con las/os abuelas/os y hacer alguna escapadita, para otros no tener que madrugar cada día, para otros no discutir…

Cada familia debe crear su propia fórmula y sobre todo tener cuidado con utilizar las fórmulas de las/os demás, ya que no tienen porqué funcionarte a ti, incluso te complicaría las cosas.

 

  1. Lo que NO es cierto sobre la crianza

– Criar es fácil si sabes cómo.

Y un huevo. Eso es una mentira tan grande como una catedral. Ni con la más avanzada tecnología, ni con el mejor libro de instrucciones, la crianza es más fácil. Es más, todo eso puede complicarla. Y también es verdad que puedes complicártela mucho –bueno, la sociedad nos la complica, con sus consejos, normas y su forma de definir a las/os niñas/os como tiranas/os o manipuladoras/es- .

Criar es un poco más fácil si te relajas, si disfrutas, aprendes, aceptas y reconoces que las/os niñas/os son seres que crecen, evolucionan y que te necesitan para desarrollarse.

– La misma situación es para todos igual.

Para nada. Un/a niño/a puede tener una “pataleta” en el supermercado y cada padre o madre verá esa situación de una forma distinta. Unas/os lo verán como un reto, otras/os como una amenaza, otras/os como una fase normal que vive su hijo/a que exterioriza una emoción, otras/os sentirán vergüenza ajena…pero la situación es exactamente la misma objetivamente hablando.

– Para ser feliz tienes que esforzarte mucho más.

Precisamente es todo lo contrario. Si permites, aceptas y conoces los ritmos naturales de tus hijas/os, todo se vuelve más fácil y entendedor y de esta forma te estresas y angustias menos, porque sabes que es normal lo que está pasando.

– Las rutinas, instrucciones, horarios y tener mucha información, facilita la crianza.

Pues depende ya que muchas veces la dificulta. Evidentemente debemos estar informadas/os pero es todavía más importante aprender a discriminar tooooda esa información venga de donde venga, sean libros, la televisión, internet, la radio, médicos, la vecina, los amigos, etc. y buscar la que más nos convenga y sea respetuosa con nuestras/os hijas/os y la familia en general. Saber comparar, corroborar y decidir sobre cómo quieres educar y criar a tu prole.

  1. Los enemigos de la felicidad

– LAS RUTINAS INFLEXIBLES Y LA PRISA.

Poner rutinas y crear hábitos puede estar muy bien, pero cada niña/o es un mundo y lo que les va bien a unas/os les va mal a otras/os. Dicen que un baño calentito, un masaje y un cuento es ideal para antes de ir a dormir. Pues mi hija se activaba después de todo eso y tuve que empezar a bañarla por las mañanas. Las prisas no son buenas aliadas de las/os niñas/os y tendremos que aprender a lidiar con ellas si queremos que vayan aprendiendo. Tal vez puedes salir de casa un poco antes para prever que se entretenga con un caracol subiendo por la pared, una piedra bonita que vea en el suelo o vaya dando saltitos como una rana.

– CONSEJOS DE TERCEROS

Más que los consejos, el enemigo de la felicidad sería seguirlos. Si pretendes hacer caso al pediatra sobre cómo dormir con tu hijo/a, a la vecina sobre cómo alimentarlo/a, a tu mejor amiga sobre cómo educarle/a, etc. puedes volverte loca/o tu y las/os niñas/os.

– ADULTOCENTRISMO

Pretender que las/os niñas/os duerman, coman y se comporten como adultas/os es incoherente, injusto e ilógico. Pero se practica continuamente. Se les pide que estén quietas/os, que no hablen fuerte, que sean ordenadas/os, que coman en silencio, etc. Si hace todo eso sin rechistar, como sociedad tenemos un problema…

– CASTIGOS, AMENAZAS E IMPOSICIONES

Una de las mejores formas de cargarte la felicidad familiar es hacer cumplir órdenes, muchas veces sin sentido. El castigo no enseña nada más que miedo, las amenazas solo complican las cosas e imponer nuestras exigencias sin tener en cuenta las necesidades de las/os niñas/os creará futuras/os adultas/os infelices.

– LÍMITES Y NORMAS

Necesarios a veces, contraproducentes otras. Mejor enseña valores y principios y te aseguras el tiro. Existen los límites naturales y las normas, si las cumplen todas/os en casa, pues vale. Pero hay límites sin sentido y normas que se ponen solo para recordarle al/la niño/a que somos más mayores y listas/os que ellas/os. Evidentemente no permitirás que se desate la sillita del coche ni que juegue con un cuchillo de cocina, pero eso son más que límites, son situaciones de peligro mortal.

  1. Entonces, ¿Cómo llegar a la felicidad en familia?

– GESTIONANDO LAS CREENCIAS LIMITANTES.

Para empezar debes conocer las propias. Son los sentimientos de incertidumbre de lo que se cree cierto sin saber si lo es de verdad. Vienen transmitidas por la educación de nuestras/os madres y padres, las enseñanzas en la escuela, la cultura en la que vivimos, de los medios de comunicación (TV, Internet,…), de las experiencias vividas… y condicionan a la hora de comportarse o tomar decisiones sobre cómo criar a los/las hijas/os.

Reflexionar sobre las posibles creencias limitantes que tienes en tu vida, te ayudará a elegir mejor los caminos que quieres tomar y para hacerlo debes ser escéptico/a (no creerte nada y dudar de todo), romper esas creencias que no te ayuden a vivir feliz y cambiar tu realidad con nuevas creencias que os vayan bien a todas/os.

Una buena forma de romper creencias limitantes es criar en tribu, con otras mamás afines a tu forma de criar, ya que no eres la única mamá que siente que va a contracorriente.

Podemos poner algunos ejemplos de creencias limitantes que si compruebas puedes romper simplemente con el sentido común o buscando información al respecto:

  • La leche materna no alimenta a partir de los 6 meses
  • El castigo funciona para educar
  • Dormir con las/os niñas/os puede tener repercusiones negativas
  • Las/os niñas/os no entienden los conflictos ni saben como resolverlos
  • Un/a niño/a debe comer de todo
  • Las/os niñas/os no saben ni pueden ser responsables
  • Las/os niñas/os deben dejar de llevar pañales a los 18 meses
  • NUNCA consigo lo que quiero con mi hijo/a (Pista: “Nunca” es imposible)
  • SIEMPRE se lo estoy dando TODO (Pista: “Siempre” y “todo” es imposible)
  • Mi hija/o SIEMPRE consigue lo que quiere
  • Las/os demás madres y padres son mejores que yo
  • El/la pediatra siempre tiene razón
  • Debo ganar siempre yo, si no las/os niñas/os te manipulan

– EVITANDO LAS COMPARACIONES

Siempre nos encontramos con las dichosas comparaciones. Las criaturas de los demás son eso, las criaturas de los demás, no las tuyas. Ni siquiera las/os gemelas/os son iguales de carácter y personalidad, ¿Cómo va a serlo tu hijo/a y el/la del/la vecino/a?

Las comparaciones son odiosas en todas sus formas y pretender ser felices haciéndote y aguantando comentarios del tipo “el hijo de María duerme 5 horas seguidas”, “la hija de mi amiga come de todo y solita”, “el hijo de la vecina mama cada 7 horas”…solo te provoca angustia por creer que tu hijo/a no es normal.

Si quieres empezar a ser feliz en familia, las comparaciones no pueden tener cabida en tu vida.

– LA GESTIÓN ADECUADA DEL TIEMPO.

También es muy importante para ser más feliz. La conciliación laboral no siempre es fácil, sobre todo si quieres dar el pecho a demanda, pasar todo el tiempo posible con tu bebé u organizar el hogar.

Una buena planificación para encontrar el tiempo que necesitas, te facilitará llegar a la felicidad un poco más, ya que el estrés y las prisas no son buenos amigos de la misma. Gestionar el tiempo con los/las niñas/os también ayuda a llegar a todos sitios; además de tener en cuenta: ¿calidad o cantidad?.

Una buena forma de pasar tiempo con ellas/oss es promover la integración de la educación en casa –poner la mesa en familia, recoger la ropa del tendedero, fregar algún plato…- incluirles en la gestión del hogar les da la oportunidad de sentir que forman parte de un equipo. No tiene que ayudarte a poner la mesa, la mesa se pone porque todos comemos y sois una familia.

También debes pensar en ti y buscar pequeños momentos para cuidarte y mimarte. Que no te dé reparo pedir ayuda. Mucha gente de tu alrededor estaría encantada de darte apoyo, estoy segura.

“Tu hijo es el reflejo de tus problemas o de tu estabilidad emocional,

por eso es importante trabajar con nosaltr@s mism@s

para que no afecte a l@s niñ@s”

– SOPESAR Y CUESTIONAR LOS CONSEJOS

Ya lo he comentado antes. Mucho cuidado con los consejos. Siempre agradecidos y bienvenidos, pero no por eso debes seguirlos y mucho menos si no te convence esa forma de actuar que te proponen, porque….

  • Provocan culpabilidad

Si no sigues los consejos, te puedes llegar a sentir culpable, pero si los sigues, también. Pues haz lo que te dé la gana, ¿no?

  • La madre y el padre perfectos no existen.

Pero eres la madres/padre perfecta/o para tus hijas/os. Sois las/os mayores expertas/os en ellas/os y los mejores padres que vuestras/os hijas/os puedan tener.

  • Informarse antes de actuar

Y encontrar lo que te conviene a ti y a tu familia. Sé un poco curioso/a y si la vecina te dice que tu hijo/a no es normal que duerma menos de 4 horas seguidas con 5 meses de vida, busca información al respecto y comprueba que no sea una creencia limitante y evitarás preocuparte y marear a tu pobre bebé.

  • Seguir los consejos de terceras personas puede mermar la confianza en ti misma y el verte capaz

¿Qué harías si te quedaras encerrada con tu bebé en tu casa por un ataque zombi? Pues criar a tu manera. Y no creo que lo hicieras nada mal. Un/a pediatra sin formación en lactancia materna NO puede asesorar sobre el tema (y la mayoría no está formado), una vecina que nunca ha tenido hijas/os poco puede aconsejar sobre las/os tuyas/os y así es el cuento de nunca acabar.

Volvamos a lo de antes: comprueba toda la información que recibas del exterior y analízala.

– ESCUCHAR EL INSTINTO MATERNO (O PATERNO)

  • Mitos y tabús.

Hay muchos, muchísimos en torno a la crianza y pueden complicarte la crianza hasta tal punto de no creer ni en ti misma como madre/padre ni en tus hijas/os como seres maravillosos que solo buscan el bienestar. Rompe toda esa información que te daña y serás más feliz.

  • Confía en tu instinto

Que te fallará menos (o nunca!) que hacer caso de los consejos de otras personas. Si ves a tu bebé llorando y tienes la necesidad de cogerlo, hazlo. ¿Te puedes equivocar? Por supuesto. Pero haciendo caso de otros consejos, también y encima con la mala consciencia de haberlo hecho sin quererlo realmente.

  • Sentido común e intuición.

Más de lo mismo. Pocas veces falla seguir lo que te dicen las tripas. No solo eres instinto pero lo utilizas muy poco y cuando somos mamás o antes de serlo, lo tenemos desarrollado a niveles brutales y nos ayuda a tomar mejores decisiones a la hora de criar.

– CONFIAR EN TUS HIJAS/OS

Confiar en sus ritmos naturales, en la evolución adecuada a la edad de cada uno/a y en su desarrollo. Solo tienes que observar y despreocuparte un poco. Te dejo ejemplos de cambios que hacen naturalmente sin necesidad de nuestra intervención (o mínima) y que nos provoca estrés pensar en ello y que quizás no sabías son:

  • Retirada de pañal.

La maduración neurológica del sistema nervioso de los esfínteres ocurre entre los 18 meses hasta los 5 años de edad de media. Es norma llevar pañal hasta entonces. Se lo quitan solas/os.

  • Comer sólido.

En cuanto cumple con los requisitos, a partir de los 6 meses aproximadamente, puede sentarse en tu regazo o la trona y experimentar con la comida. No hace falta hacer purés.

  • Caminar.

A partir de los 9 meses hasta los 2 años. Hasta entonces, no debemos preocuparnos si no hay nada más.

  • Dejar el pecho o el biberón (o el chupete).

Las/os niñas/os se destetan cuando no necesitan el pecho o el biberón. No hay más, no puedes obligar a mamar a un/a niña/o.

  • Ser independientes.

Parecerá raro pero la dependencia provoca independencia, es decir, si la criatura se siente segura y confiada cerca de su mami, en cuanto se siente preparada se aleja paulatinamente, sola, sin presiones, sin prisas y sin nuestra intervención.

  • Lenguaje y habla.

Nos preocuparemos de que no hablen bien a partir de cierta edad, rondando los 4 años, aun así hay niñas/os que entonces todavía no pronuncian la S o la R, por ejemplo. Dicen que Einstein no habló hasta los 4 años.

  • Dormir solas/os.

Las/os niñas/os se van de la cama familiar (si duermen en ella) cuando necesitan su espacio e intimidad, ¿O crees que dormirá contigo tu hijo/a adolescente de 15 años? (que tampoco tiene porque ser un problema…)

  • Explosiones emocionales.

O como las llamamos comúnmente las pataletas, rabietas, berrinches…Son normales hasta los 5 años de media, si se prolongan mucho más puede deberse a que de pequeña/o no se le permitió expresarse, corrigiendo o intentando frenar esas pataletas al creer que son negativas. Se debe permitir aliviar las frustraciones para que vayan gestionando y evolucionando.

“Tiempo y cariño.

Cualquier animal cría a sus hijos y gran parte del tiempo

lo hace desde el instinto.

Lo que no puede ser es que estar con nuestros hijos

sea “una pérdida de tiempo”.

A un hijo no se le quiere solo por el hecho de ser hijo tuyo,

si no porque pasas mucho tiempo a su lado… y te ENAMORAS.

Entonces sabes qué hacer, sin necesidad de ningún método ni instrucción”

Carlos González

Deja de darles prisa, permite que puedan ir a su ritmo y no conviertas a tus hijas/os en presa/os de la prisa, ni de los horarios, ni de los relojes ni de las/os adultas/os ya que:

“Cada niño tiene un ritmo de desarrollo.

Presionarlo para que vaya más rápido

es como hinchar un globo más allá de sus posibilidades.

Cualquier día…explotará”

– LA EDUCACIÓN VIVA

  • El juego para aprender. La mejor herramienta y recurso que puedes tener para enseñar a tus hijos/as y motivarles/as a recoger o participar en casa. Cuando las/os niñas/os juegan, trabajan. Tenemos que darle al juego la importancia que merece.
  • En lugar de utilizar castigos y amenazas –que no enseñan absolutamente nada, solo a temer al/la adulta/o- utilicemos el ejemplo y la imitación, que se integra profundamente y es la mejor forma de aprender.
  • Tratarles/as como a iguales. ¿Cómo nos gustaría ser tratados a nosotras/os? Pues eso.
  • La vida familiar. Participar en todo lo que se haga en casa enseña a ser responsables del hogar.
  • En la educación debe haber un gran lugar para el AMOR, la comprensión, el entendimiento y la empatía. Pensemos que el amor es como un boomerang: si enseñamos con amor y hacemos felices a nuestras/os hijas/os, ellas/os lo harán a su vez.

“El medio más seguro para  hacer

nuestra vida feliz,

es hacérsela feliz a los demás”

Graf Körner

  1. ¿Qué nos hace felices?

Si nos hace felices hacer felices a los demás, pues adelante. Pero si te preocupa que darle todo lo que pide a tu hija/o pueda ser contraproducente, puedes seguir esta sencilla norma que te ayudará a saber si “malcrías” o no:

Puedes darle a tu hija/o todo lo que pida si es una necesidad vital, es decir, si pide agua, atención, aúpa, teta, dormir contigo, un abrazo, cariño, etc. Pero si son cosas materiales como juguetes en una tienda, pues decide si quieres o puedes dárselo y si no quieres y tiene una “pataleta” pues permites que saque su frustración y se alivie. Cubrir las necesidades vitales de las/os hijas/os, la crianza respetuosa y criar con amor es una grandísima inversión de futuro.

Hacer lo que te hace feliz te proporcionará bienestar a ti y a las/os demás y no puede haber nada malo en ello, en cambio si le das un cachete e inmediatamente te sientes mal, hay algo que no haces bien seguro.

Así que finalmente se llega a la conclusión de que:

No existe “sacrificar tu vida” por tus hijos. Eso les genera culpa.

Por el contrario, asegúrate de vivir una vida que tus hijos quieran imitar.

Descubre tu propia felicidad y vívela. Eso aprenderán tus hijos de ti…

Gracias por promover la crianza respetuosa y hacer de este mundo, un mundo digno para las/os niñas/os, os deseo una crianza muy feliz!

Mo Queralt

¿POR QUÉ LLORAN LOS BEBÉS Y CÓMO EVITARLO?

¿POR QUÉ LLORAN LOS BEBÉS Y CÓMO EVITARLO?

El lloro es la única forma de comunicarse que tiene un bebé. Aun así podemos prevenir su lloro o evitar que llore excesivamente, atiendiendo lo más rápido posible la llamada de atención y anticipándonos. Para empezar los bebés lloran por varios motivos:

Por hambre o sed

El bebé demanda leche mediante varios signos, como meterse las manos en la boca, sacar la lengua, ladear la cabeza de un lado a otro…y cuando esas señales nos pasan por alto, el bebé recurre al llanto, ya que no puede decirnos “Oye! QUE TENGO HAMBRE HACE RATO!”. Si observamos estas señales podemos anticiparnos y conseguir que el bebé coma más relajado y tranquilo. En este caso, evitamos el lloro dando de comer un poco antes de que se desencadene. Por lo tanto que lloren por hambre es innecesario.

Por sueño

Cuando el bebé tiene sueño y no puede dormirse por sí solo, llora. No tiene más forma de hacérnoslo saber. Normalmente, los bebés porteados, en contínuo movimento con los padres, cerca de ellos, etc. lloran menos, muchísimo menos, ya que tienen lo que necesitan sin necesidad de pedirlo. Al igual que el adulto, el bebé quiere sentirse cómodo para dormir, necesita cierta postura, que nada le moleste (etiquetas de la ropa, botones…) y sentir que está protegido y seguro. Este tipo de lloro no podemos evitarlo muchas veces, ya que nos dice qué necesita el bebé y cómo lo necesita para dormir. De esta forma iremos conociendo sus necesidades, los movimientos, la forma de portear o de llevar en el carrito, cuánto taparlo…para ir evitando el lloro con el tiempo en cuanto a sueño se refiere.

Por estar incómodos

Como comento más arriba, la comodidad de la ropa, la temperatura, las posturas, etc. pueden dificultar el descanso del bebé, por lo tanto, cuando sienta que no está bien, llorará y los adultos deberemos aprender a evitar esas incomodidades que el bebé por sí solo sería incapaz de modificar.

Por estar sucios

Un bebé con el pañal lleno o sucio puede llorar. Muchos no lo hacen, pero cuando llora un bebé siempre debemos comprobar que todas sus necesidades esten cubiertas y cambiar el pañal es fácil y nos ayuda a descartar un motivo de llanto.

Por dolor

Este lloro es de los más duros para los padres y para los bebés, ya que no podemos evitarlo hasta que encontremos la causa y aun así no tiene porque remitir el dolor hasta que se palie. Además se une a que el bebé no puede decirnos qué le duele ni dónde. El pediatra puede guiarnos y facilitar algún remedio, pero hasta entonces nuestro bebé deberá ser atentido y acompañado en ese dolor o malestar que no le permite estar tranquilo y relajado.

Por frustración

¿Cuántas veces has visto llorar a un niño porque se le ha caído un helado o porque se desmonta su torre de cubos? La frustración que viene natural y además acompañada del adulto para ofrecer empatía y cariño, es una de las mejores formas de aprender autocontrol de esta emoción, ya que no viene provocada por nadie, sino por la vida misma.

Por exceso de estímulos

Es fácil sobreestimular a un bebé: llevándolo mirando hacia delante en el porteo (totalmente contraproducente) ya que no puede girar la cabeza para evitar el estímulo, ofreciendo continuamente juegos con mezclas de estímulos visuales, auditivos y táctiles (música, colores…), con las pantallas de cualquier tipo (televisión, tablet, móvil…). Cuando el bebé siente que su cerebro no puede gestionar todo esto se desborda y rompe en llanto para eliminar el exceso de estrés y tensión neuropsicológica.

Por falta de estímulos

Parecerá una tontería, pero los bebés lloran por aburrimiento. Un bebé que lleva una vida de muchas horas al día en un parque de esos que tenemos en casa lleno de juguetes, está totalmente falto de estímulos, ya que los juguetes enseguida perderán el interés y el sentido de exploración que tienen les hará querer salir de ahí. Y lo pedirán llorando, una vez más la única forma que tiene de decir “me aburroooooo”.

Por necesidad de afecto, apego y contacto

Una de las necesidades más importantes. Y ocurre que de repente sin ningún motivo aparente -motivo para ti porque para el bebé sí lo tiene- te pide brazos, ya que cuando lo coges se calla y tu te preguntas: ¡qué raro! He estado con él todo el día, está limpio, acaba de dormir y de comer, o sea tiene sus necesidades cubiertas, ¿por qué querrá tanto brazo? Pues aquí viene una revelación señoras y señores: la necesidad de contacto, apego y afecto no se sabe cuando está cubierta. Esta necesidad se llena como una cubeta, que tiene un pequeño agujero en el fondo. Tu coges a tu peque y se va llenando la cubeta, cuando dejas al niño solo (separado de ti relativamente), la cubeta va perdiendo y se va vaciando. Cada cubeta de cada bebé tiene el agujero más grande o más pequeño, unos necesitan más a menudo estar cerca o en contacto directo con sus padres o figura de apego y otros un poco menos. Lo que está claro es que el bebé que se pasa todo el tiempo posible con esa figura de apego, llora menos.

¿Conocéis la angustia de separación? Una razón más añadida para llorar por querer sentirse seguro cerca de su figura de apego. Más abajo te dejo un artículo explicándola, ya que el lloro suele ver más explosivo e intenso en esa etapa.

 

 

¿Por qué es tan importante el lloro?

Bueno, como hemos dicho, cuando nacen solo pueden comunicarse así, de hecho hasta que pueden hablar o hacer gestos que nos expliquen cosas, que muchas veces tampoco entenderemos hasta que los bebés -y no tan bebés- cojan más práctica con su motricidad.

Por otro lado que el lloro sea necesario no quiere decir que sea necesario que lloren. Yo puedo salir corriendo si veo un peligro, estoy anatómicamente hecha para ello, pero si tuviera de correr cada día delante de un dinosaurio acabaríamos yo por agotarme y él por comerme enterita. El lloro hace lo mismo con el bebé: si llora excesivamente sin ser atendido y de forma contínua, conseguiremos que el cortisol inunde su cerebro y marque de por vida una baja tolerancia al estrés en la adultez, entre otras muchas cosas bastante aterradoras…  

El lloro es una forma de supervivencia y existe para ser atendida SIEMPRE. Y atendida no es necesariamente evitada. Atendida es ESTAR AHÍ. Acompañar al bebé o niño durante el proceso de llanto o de exteriorización de la emoción. Más abajo te dejo un artículo con la diferencia entre dejar llorar y permitir llorar a un bebé o niño.

También es verdad que hay familias (sobre todo madres o la principal figura de apego) que reconocen el llanto de sus bebés y saben identificar porqué causa lloran, y se anticipan perfectamente a esa necesidad y a cubrirla lo antes posible.

 

¿Cuando empieza el lloro a ser un problema?

El problema empieza cuando lo vemos como un problema. Nos angustiamos al ver al bebé “sufrir”, pensamos que dejarle llorar puede ayudar a que deje de llorar (que forma más curiosa y horrible de gestionar el lloro), los demás nos aconsejan sobre el tema -como si fueran unos grandes expertos en lloros de bebés y sus porqués- sin ningún tipo de fundamento más que su propia experiencia. Y así vamos perpetuando unas creencias en torno al llanto del bebé que mucho dejan que desear sobre lo que es cierto.

Seamos más intuitivos y pensemos cómo nos gustaría a nosotros que nos trataran cuando lloramos, tal vez nos demos cuenta de una cosa muy triste y es que tratamos mejor a los adultos que lloran que a los bebés. Reflexionemos sobre ello…

 

Enlace del artículo La angustia de separación de los bebés y niños

Enlace del artículo La diferencia entre dejar llorar y permitir llorar

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